jueves, 16 de diciembre de 2010

Bob Esponja es mi aliado

¿Qué tenemos en común Bob Esponja y yo? A mi hija, por supuesto. Este muñeco en forma de esponja que sus fabricantes describen como “extremadamente dulce, bueno, divertido, alegre, amistoso, feliz, trabajador, y sobretodo muy confiado”, tiene fascinada a mi hija. A decir verdad el muñeco es feo, bien feo, pero es cautivador.


Entre muchas otras, ésta es una de las cosas que aprende uno a disfrutar muchísimo como mamá: la presencia de estos personajes infantiles que no sólo se convierten en compañeros inseparables de nuestros hijos, sino que pasan a ser unos estupendos y oportunos aliados para padres desesperados.

El otro día, por ejemplo, mi hija no quería cepillarse los dientes antes de irse a la cama. Después de un día intenso ambas estábamos cansadas, a mi ya no me quedaba mucha energía, paciencia ni creatividad para convencerla. La dejé sola unos minutos en el cuarto, me fui a la sala, respiré profundo, conté hasta diez y justo cuando iba a buscarla de nuevo vi a Bob Esponja sentadito allí en el sofá, con sus ojos redondos y grandes, y sus enormes dientes. Me pareció que me hacía un guiño y se confabulaba conmigo. Así que lo llevé conmigo al cuarto y le dije a Lu: “Bob Esponja sí se va a cepillar sus dos dientes, ¿quieres acompañarlo?”. Dicho y hecho, saltó de la cama y nos fuimos todos al baño a cepillarnos.

Gracias a Bob, y a Dora la exploradora, a Garfield, los Teletubbies, Winnie Pooh… ¿Qué haría yo sin estos leales y solidarios aliados?

1 comentario:

  1. bueno, estoy de acuerdo aunque Bob no es mi aliado.... a este no lo quiero yo tanto....

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