lunes, 31 de enero de 2011

Leer, divertirse y aprender

Sigo con el tema de la lectura. Hoy quiero comentar brevemente sobre estos maravillosos cuentos en inglés que descubrí hace poco y que estoy disfrutando muchísimo junto a Lucía.

Se trata de los libros Barefoot Books, una iniciativa que comenzaron dos madres estadounidenses en la década de los noventa y que hoy en día es toda una empresa global, a cuya red están suscritas miles de mujeres especialmente en el mundo anglosajón. Yo me acabo de afiliar a este grupo y he comenzado a comercializar estos libros entre mis amigas y conocidas.
http://www.barefootbooks.com/marketplace/23886/

En casa ya tenemos varios de nuestros títulos favoritos:
Off we go to Mexico, We´re Sailing to Galapagos y Here We Go Round the Mulberry Bush.

Son unos libros hermosos, super bien diseñados y con temáticas inspiradoras. Yo los estoy utilizando para enseñarle un poco de inglés a Lucía. A ella le fascinan y yo los encuentro muy divertidos.

Hasta el 8 de febrero hay una oferta de 60%.

Comparte esto con otros, gracias! 




  

viernes, 28 de enero de 2011

Lecturas de mamá

Para mi la lectura es un espacio para soñar,
imaginar y recrear el mundo.
Me gusta muchísimo la lectura. En mi vida me he gastado pequeñas fortunas comprando libros. Cada vez que me mudo a una nueva casa o a otro país (cosa que he hecho con una frecuencia inusitada), llevo conmigo pesadas cajas con mis libros más preciados. Soy de las que puede leer varios libros al mismo tiempo, es decir, alternando entre uno y otro, dependiendo del ánimo y el humor particular que tenga.

Me encanta leer un buen libro acurrucada en el sofá, con una taza de té o una copa de vino tinto al alcance de mi mano. Leer así es una de las cosas que más extraño de mi vida antes de la maternidad. El tiempo ahora es más escaso, leo casi a hurtadillas, por las noches muy tarde o aprovechando las siestecitas que hace mi hija (que por cierto ya son cada vez menos).

Leyendo uno de mis cuentos favoritos:
Juan y las habicuelas mágicas.
Por fortuna a mi hija de tres años y medio le encanta la lectura también. Los ratos que pasamos juntas leyendo son deliciosos. Disfrutamos mucho el ritual por las noches, antes de irse a la cama, de leer uno o dos de sus cuentos favoritos. Ella misma busca en su cuarto los libros que quiere leer y ya no se conforma sólo con que yo lea las historias, ahora ella también quiere darme su propia versión del cuento. Se sabe de memoria Juan y las habichuelas mágicas y El lobo y los siete cabritillos. 

En esto de la lectura pongo mucha dedicación, porque quiero inculcarle y reforzarle a mi pequeña ese mismo amor por los libros que aprendí de niña, el gusto por la narración (me fascina leer en voz alta) y por todo ese mundo extraordinario de personajes mágicos que surgen de la creatividad literaria.

Por mi parte, seguiré leyendo, como sea y dónde sea. En la mesita de noche junto a mi cama me esperan Blanca vuela mañana, de Dulce Chacón; No hay silencio que no termine, de Ingrid Betancourt; y Faulks on Fiction, de Sebastian Faulks. Y claro, allí junto a mi pequeño libro de oraciones, siempre tengo dos clásicos que se han convertido en libros de cabecera para mi: Tu hijo, de Benjamin Spock; y Entre padres e hijos, de Hiam G. Ginott.

domingo, 2 de enero de 2011

¿"Como se hacen las letras"?

En esta aventura de la maternidad hay momentos muy especiales que representan hitos en el desarrollo de nuestros hijos y que nos llenan de satisfacción y también de asombro. Hablo por ejemplo de cuando nuestro bebé finalmente deja el pañal, aprende a usar el orinal, agarra los cubiertos para comer, comienza a decir sus primeras palabras, etc, etc.

Durante esta Navidad y Año Nuevo mi hija, que ya tiene tres años y tres meses, dio uno de esos saltos cualitativos que lo dejan a uno boquiabiertos. Les hago el cuento corto, es una historia muy sencilla pero yo como mamá estoy feliz.

Estábamos las dos muy tranquilas en la sala de la casa de mi hermana (donde celebramos las fiestas), yo escribiendo en el ordenador y mi hija dibujando y pintando con un juego de lápices de colores que le habían regalado, cuando de pronto viene hacia donde estoy yo, me da uno de sus lápices, una hoja en blanco y me pregunta: Mami, ¿cómo se hacen las letras? Dios Mio – pensé – ¿por dónde empiezo esta tarea? No puedo enseñarle el alfabeto completo así de entrada. Ella me miraba impaciente, así que lo que hicimos fue comenzar por la fórmula tradicional del A-E-I-O-U.

Varios días después me enseñó orgullosa una hoja repleta de la letra A, en diferentes tamaños y colores. Ahora vamos por la E…y a esto le ha agregado ahora el interés por aprender a escribir los números.

Así que además de divertirse, recibir muchos regalos y hasta recuperarse de una fuerte gripe, mi pequeña ha aprendido cosas nuevas.