viernes, 28 de enero de 2011

Lecturas de mamá

Para mi la lectura es un espacio para soñar,
imaginar y recrear el mundo.
Me gusta muchísimo la lectura. En mi vida me he gastado pequeñas fortunas comprando libros. Cada vez que me mudo a una nueva casa o a otro país (cosa que he hecho con una frecuencia inusitada), llevo conmigo pesadas cajas con mis libros más preciados. Soy de las que puede leer varios libros al mismo tiempo, es decir, alternando entre uno y otro, dependiendo del ánimo y el humor particular que tenga.

Me encanta leer un buen libro acurrucada en el sofá, con una taza de té o una copa de vino tinto al alcance de mi mano. Leer así es una de las cosas que más extraño de mi vida antes de la maternidad. El tiempo ahora es más escaso, leo casi a hurtadillas, por las noches muy tarde o aprovechando las siestecitas que hace mi hija (que por cierto ya son cada vez menos).

Leyendo uno de mis cuentos favoritos:
Juan y las habicuelas mágicas.
Por fortuna a mi hija de tres años y medio le encanta la lectura también. Los ratos que pasamos juntas leyendo son deliciosos. Disfrutamos mucho el ritual por las noches, antes de irse a la cama, de leer uno o dos de sus cuentos favoritos. Ella misma busca en su cuarto los libros que quiere leer y ya no se conforma sólo con que yo lea las historias, ahora ella también quiere darme su propia versión del cuento. Se sabe de memoria Juan y las habichuelas mágicas y El lobo y los siete cabritillos. 

En esto de la lectura pongo mucha dedicación, porque quiero inculcarle y reforzarle a mi pequeña ese mismo amor por los libros que aprendí de niña, el gusto por la narración (me fascina leer en voz alta) y por todo ese mundo extraordinario de personajes mágicos que surgen de la creatividad literaria.

Por mi parte, seguiré leyendo, como sea y dónde sea. En la mesita de noche junto a mi cama me esperan Blanca vuela mañana, de Dulce Chacón; No hay silencio que no termine, de Ingrid Betancourt; y Faulks on Fiction, de Sebastian Faulks. Y claro, allí junto a mi pequeño libro de oraciones, siempre tengo dos clásicos que se han convertido en libros de cabecera para mi: Tu hijo, de Benjamin Spock; y Entre padres e hijos, de Hiam G. Ginott.

1 comentario:

  1. Si, si.... a mi también me encanta el tema de los cuentos con NIcolás, también se lo quiero inculcar ahora que está pequeño. Yo nunca he sido come libros pero definitivamente no hay como un buen libro.... besos

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