miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Qué hacer cuando cuándo los hijos tienen un mal momento?

Esos instantes que a veces pueden durar minutos, horas o hasta días, en los que mi hija se comporta con terquedad, rebeldía y antipatía, hago lo que ya he aprendido a hacer a fuerza de cometer muchos errores, de tanto leer libros de “expertos”, y de compartir experiencias y fórmulas con otras madres, a ver cuál funciona.

En lugar de molestarme y de formar yo también una pataleta (he estado a punto varias veces), lo que hago es esto: cierro los ojos, respiro profundo, cuento hasta diez, me imagino a mi misma como una niña de tres años y medio, me agacho para ponerme a su nivel, la abrazo fuerte y le digo que la quiero. A partir de allí, poco a poco, podemos comenzar a hablar y a entendernos.

Parece sencillo, pero en realidad no lo es. Cada uno de estos pasos me requiere un esfuerzo enorme, por mantenerme en control, con paciencia y respirando (no me olvido de respirar largo y profundo).

Con la práctica se me está haciendo más fácil cada vez, y algo que me ha ayudado muchísimo a lidiar con mi hija cuando está en sus peores momentos, es dejar de pensar que ella hace estas cosas a propósito, con la sola intención de hacer enfadar a su madre. No, los niños a estas edades no son maquiavélicos, ni quieren fastidiarle la vida a los demás porque si. Lo que quieren es que seamos empáticos con ellos, que los entendamos, que les prestemos atención, que les pongamos límites con respeto, con amor y con la firmeza necesaria.

En un lugar muy visible en mi casa, tengo un papel con algunas frases tomadas de un blog que me encanta http://theparentingpassageway.com/, sobre lo que podemos hacer cuando nuestros hijos están en su peor momento. Aquí las comparto con ustedes:

Mantenga la calma (un gran reto este, el de mantener la calma cuando los hijos lloran, chillan y hacen sus pataletas).

Haga gestos y movimientos suaves con sus manos cuando se acerque a su hijo/a.

Demuestre amor hacia su hijo/a, aún cuando en ese preciso momento se le haga difícil expresarlo.

Tenga la seguridad que este mal rato pasará pronto (Estos malos ratos parecen eternos, así que hay que pensar en el trillado refrán de “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista).

Si no se siente capaz de manejar la situación con calma, delegue la tarea en alguien más en la familia. Esto no significa que haya fracasado en su intento de lidiar con su hijo/a, sólo significa que usted es un ser humano. (En mi caso, que paso la mayor parte del tiempo sola, lo que hago es salir de la habitación donde nos encontremos las dos, o al frente de la casa, para respirar un poco de aire puro y volver).

Sepa que su hijo no se comporta de esa manera a propósito. (No, todavía no)

Es importante que entienda que su hijo/a la ama y lo que más quiere en este mundo es mantener el contacto con usted.

Es bueno que sepa que no hay un hogar que sea perfecto, donde reina la paz todo el tiempo.

Usted está haciendo lo mejor por su hijo/a. (Sea amable consigo mismo, no se culpe).

Suerte!

Nota: las frases entre paréntesis y en itálica son agregados míos.